lunes, 23 de abril de 2012

El tren y la Universidad


El padre Polvorosa, en una de sus platicas que nos echó, nos habló ya por aquellos tiempos (1958), del paisaje. Recuerdo que llegó a decirnos que los alumnos del Gran Capitán, éramos a la vía, (al tren), lo mismo que el Colegio Luís de Góngora, era al canal, (al agua).

Efectivamente El Colegio San Rafael, Juan de Mena y Gran Capitán, al estar orientados hacia la carretera de Madrid, nos dábamos con las vías en las narices. La verdad es que teníamos esa pequeña “ventaja”, pues en los recreos y aún desde algunas Aulas, se podían ver los trenes que pasaban y los vehículos que circulaban por la carretera de  Madrid.


La carretera pillaba bastante lejos, pero las vías las teníamos a tiro de piedra. Entonces no había valla de separación y cuando el “novísimo” tren TAF, "pitaba" y aparecía por la recta anterior a la piscina del Riñón, éramos algunos los que bajamos a las vías para poner alguna moneda y ver el efecto que sufría al paso del tren. También algunas veces era la misma pelota con la que se jugaba que caía al “lecho de la vía”. Evidentemente, aquello eran unas prácticas totalmente irreflexivas por nuestra parte y tuvieron que ser los mayores del Colegio, Parejo Polo, Rafael Gutiérrez, Eulogio López, Gascón Álvarez, Julio García, Teodoro Pérez, etc. etc. los que pusieran el grito en el cielo y se lo dijeran al Padre Bravo, el primer director que tuvimos.


El TAF (Tren Automotor FIAT) fue un conjunto de automotores diésel utilizados por Renfe entre las décadas de 1950 y 1980., y que vinieron a sustituir a aquellos vetustos trenes de madera. La llegada posterior del TER Y EL TALGO, también hizo que estos trenes quedarán ya casi en desuso. Su color blanco metalizado y su velocidad para aquellos tiempos, borraban la idea de aquel "Carreta" que una vez (1961), nos llevó desde Sevilla a Madrid, poco menos que en diez horas, parando en Espeluy y Álcázar de San Juan, para dar paso a todos los trenes que iban en dirección Madrid. 




A principios del año 1958, se procedió a colocar un cerramiento a base de malla de simple torsión, montada sobre pilares de tubos redondos. Aquello ya evitó todos aquellos peligros,. La empresa que puso la Malla, eran conocidos de Atalaya, un simpático compañero de Alcolea, que junto a Mudarra Aceituno y Torcuato Navarrete, (+), formaban el "trio de Alcolea". 

Pero inevitablemente la VIA, siempre tuvo una relación muy directa con el Colegio Gran Capitán y los alumnos externos. Llegaba el buen tiempo y eso se notaba por los bonitos atardeceres que se divisaban desde la puerta del Colegio,  y porque algunos alumnos externos, optaban en vez de esperar A LAS NUEVE, que era la hora de salida, a "adelantar" la salida después de la merienda “eludiendo el Estudio”, y por la VIA del ferrocarril, se marchaban a Córdoba. Y no crean Vds. que era una particularidad del Colegio Gran Capitán, ya que Juan Cebrián y Agudo, del Luís de Góngora, me han confirmando que ellos, también "se escapaban" para ver a sus novias que vivían en La Magdalena y en San Andrés, a pesar del control del Padre Jorge..



Solíamos llegar hasta la fábrica del Cemento, antigua Asland, y por la Algodonera (Cepansa), cada uno se dirigía para su barrio. Posiblemente el que llegaba el primero, era el "rubio jaro" Jualian Contreras Cantador, que vivía en el Barrio Gavilán. (cerca de Asland). Quien iba a imaginar por aquellos tiempos que en estas fábricas iban a ocupar puestos importantes, Juan Quirós Reyes, Daniel Navas Linares, Jesús Calero León, Manuel Huertas de Gracia y Rafael Navarro Llorente (+)., entre otros.

Paquito Estévez Jurado “El Chuli” y sus amigos “El Pelos”, (Carmona), y “El Cascarilla” (De La Haba), fueron los que tuvieron la mayor estadística de escapadas por la vía y de otras travesuras por los sótanos, fueron incluso "perseguidos" por los sótanos, por un hermano lego, que montado en su pequeño "mosquito" cuidaba a su manera del orden, sobre todo en relación a las tentaciones que suponian, tantas dependencias, con tantas mujeres jovenes. Obviamente estos compañeros solamente aguntaron hasta el 1958. Hoy precisamente en San Lorenzo, y tomándonos una copa, han confirmado este punto Juan Cebrían Quesada y Francisco Estévez Jurado. 

Bien es verdad de que algunas veces también, eran los responsables del Colegio, los que te decían: “Hoy no hay coche a la nueve, pues se ha averiado, por tanto el que se quiera marchar andando a Córdoba, lo puede hacer después de la merienda”. Cuando esto ocurría, íbamos en bandada por la carretera y casi siempre íbamos corriendo en plan de fondo. Varias veces que ocurrió esto, el primero que llegaba a Cañero, era siempre Antonio Gaitán Jiménez (+), que demostraba sus cualidades para las carreras de fondo. El amigo Gaitan, era una gran persona y muy trabajador, pero la suerte en la vida le dio la espalda totalmente en forma de accidentes, por lo que quedó muy disminuido fisicamente, hasta el punto que terminó vendiendo cupones de la ONCE.    

1 comentario:

  1. Javier Gallardo Gonzalez27 de abril de 2012, 20:35

    "Chuli":Eres un figura recordando aquellos tiempos + de 50 años. Ha sido una pena no haber coincidido contigo en ninguno de los tres años que he asistido a los encuentros de "laborales" en mi siempre recordada Cordoba.
    Javier Gallardo

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