El padre Polvorosa, en una de sus
platicas que nos echó, nos habló ya por aquellos tiempos (1958), del paisaje.
Recuerdo que llegó a decirnos que los alumnos del Gran Capitán, éramos a la
vía, (al tren), lo mismo que el Colegio Luís de Góngora, era al canal, (al
agua).
Efectivamente El Colegio San
Rafael, Juan de Mena y Gran Capitán, al estar orientados hacia la carretera de
Madrid, nos dábamos con las vías en las narices. La verdad es que teníamos esa
pequeña “ventaja”, pues en los recreos y aún desde algunas Aulas, se podían ver
los trenes que pasaban y los vehículos que circulaban por la carretera
de Madrid.
La carretera pillaba bastante
lejos, pero las vías las teníamos a tiro de piedra. Entonces no había valla de
separación y cuando el “novísimo” tren TAF, "pitaba" y aparecía por la recta anterior a la
piscina del Riñón, éramos algunos los que bajamos a las vías para poner alguna
moneda y ver el efecto que sufría al paso del tren. También algunas veces era
la misma pelota con la que se jugaba que caía al “lecho de la vía”. Evidentemente,
aquello eran unas prácticas totalmente irreflexivas por nuestra parte y
tuvieron que ser los mayores del Colegio, Parejo Polo, Rafael Gutiérrez,
Eulogio López, Gascón Álvarez, Julio García, Teodoro Pérez, etc. etc. los que
pusieran el grito en el cielo y se lo dijeran al Padre Bravo, el primer
director que tuvimos.
El TAF (Tren Automotor FIAT) fue un conjunto de automotores diésel utilizados por Renfe entre las décadas de 1950 y 1980.,
y que vinieron a sustituir a aquellos vetustos trenes de madera. La
llegada posterior del TER Y EL TALGO, también hizo que estos trenes
quedarán ya casi en desuso. Su color blanco metalizado y su velocidad
para aquellos tiempos, borraban la idea de aquel "Carreta" que una vez
(1961), nos llevó desde Sevilla a Madrid, poco menos que en diez horas,
parando en Espeluy y Álcázar de San Juan, para dar paso a todos los
trenes que iban en dirección Madrid.
A principios del año
1958, se
procedió a colocar un cerramiento a base de malla de simple torsión,
montada
sobre pilares de tubos redondos. Aquello ya evitó todos aquellos
peligros,. La empresa que puso la Malla, eran conocidos de Atalaya, un
simpático compañero de Alcolea, que junto a Mudarra Aceituno y Torcuato
Navarrete, (+), formaban el "trio de Alcolea".
Pero inevitablemente la
VIA, siempre tuvo una relación
muy directa con el Colegio Gran Capitán y los alumnos externos. Llegaba
el buen
tiempo y eso se notaba por los bonitos atardeceres que se divisaban
desde la
puerta del Colegio, y porque algunos alumnos externos, optaban en vez
de esperar A LAS NUEVE, que
era la hora de salida, a "adelantar" la salida después de la merienda
“eludiendo
el Estudio”, y por la VIA
del ferrocarril, se marchaban a Córdoba. Y no crean Vds. que era una
particularidad del Colegio Gran Capitán, ya que Juan Cebrián y Agudo,
del Luís de Góngora, me han confirmando que ellos, también "se
escapaban" para ver a sus novias que vivían en La Magdalena y en San
Andrés, a pesar del control del Padre Jorge..
Solíamos
llegar hasta la fábrica del
Cemento, antigua Asland, y por la
Algodonera (Cepansa), cada uno se dirigía para su barrio.
Posiblemente el que llegaba el primero, era el "rubio jaro" Jualian
Contreras Cantador, que vivía en el Barrio Gavilán. (cerca de Asland).
Quien iba a imaginar por aquellos tiempos que en estas fábricas iban a
ocupar puestos importantes, Juan
Quirós Reyes, Daniel Navas Linares, Jesús Calero León, Manuel Huertas de
Gracia
y Rafael Navarro Llorente (+)., entre otros.
Paquito Estévez Jurado
“El Chuli”
y sus amigos “El Pelos”, (Carmona), y “El Cascarilla” (De La Haba),
fueron los que
tuvieron la mayor estadística de escapadas por la vía y de otras
travesuras por los sótanos, fueron incluso "perseguidos" por los
sótanos, por un hermano lego, que montado en su pequeño "mosquito"
cuidaba a su manera del orden, sobre todo en relación a las tentaciones
que suponian, tantas dependencias, con tantas mujeres jovenes.
Obviamente estos compañeros solamente aguntaron hasta el 1958. Hoy
precisamente en San Lorenzo, y tomándonos una copa, han confirmado este
punto Juan Cebrían Quesada y Francisco Estévez Jurado.
Bien es verdad de que algunas
veces también, eran los responsables del Colegio, los que te decían: “Hoy no
hay coche a la nueve, pues se ha averiado, por tanto el que se quiera marchar
andando a Córdoba, lo puede hacer después de la merienda”. Cuando esto ocurría,
íbamos en bandada por la carretera y casi siempre íbamos corriendo en plan de
fondo. Varias veces que ocurrió esto, el primero que llegaba a Cañero, era
siempre Antonio Gaitán Jiménez (+), que demostraba sus cualidades para las carreras de
fondo. El amigo Gaitan, era una gran persona y muy trabajador, pero la suerte en la vida le dio la
espalda totalmente en forma de accidentes, por lo que quedó muy disminuido fisicamente, hasta el punto que terminó
vendiendo cupones de la ONCE.
"Chuli":Eres un figura recordando aquellos tiempos + de 50 años. Ha sido una pena no haber coincidido contigo en ninguno de los tres años que he asistido a los encuentros de "laborales" en mi siempre recordada Cordoba.
ResponderEliminarJavier Gallardo