martes, 23 de marzo de 2010

Córdoba echa de menos a los alumnos que dejaron huella (1)



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EULOGIO LÓPEZ ÁLVAREZ (1956-1961)


Estamos en Córdoba, aquella ciudad que durante cuatro o cinco años le acogió y le hizo moldear su carácter serio y poco dado a las bromas, en un hombre poco menos que universal.

Eulogio López Álvarez, nació en Cacabelos (León), según decía él la tierra del mejor vino del mundo en el año 1941.


El Hombre

Eulogio López Álvarez, fue un gran compañero que siempre llevaba encima “El cartel” de hombre serio de León. Para él tenía tanta importancia una palabra que él comprometiera, como cualquier documento con todas las firmas protocolarias del mundo. Supo ser amigo de sus amigos y compañero solidario de todos aquellos alumnos que coincidieron con él en su Colegios Gran Capitán y San Alberto.


El Deportista

Deportista por excelencia destacó fundamentalmente en fútbol, balonmano y pruebas de lanzamiento.

Para muchos fue considerado como uno de los mejores porteros que han pasado por Córdoba, tanto en fútbol, como en balonmano. Su carácter de austero y discreto supo llevarlo siempre en la práctica de sus deportes. En balonmano, él y Primitivo Terrón, marcaron época.

En lanzamiento de peso, fue otro gran atleta y durante varios años de competición era el segundo mejor lanzador de toda la Universidad., detrás del campeón Gonzalo Fernández de Córdoba.

Lesión del Riñón (1960)

En un partido de fútbol celebrado en la Universidad el día 24 de enero de 1960, y jugando contra el quipo juvenil del Nazaret (San Lorenzo), en un día espléndido y en el campo que había junto a los Talleres Pre-vocacionales, al disputar en salida un balón, el delantero del equipo cordobés me golpeó en la zona del riñón y me dejó totalmente Kao. Con el conocimiento perdido prácticamente, empecé a notar por toda la zona unos dolores tremendos, hasta el punto de que las asistencias (El Sr. Omar), llamaron urgentemente al doctor D. Segundo Lobo. Éste de forma inmediata y al contemplar el cuadro clínico que mostraba, decidió de inmediato llevarme a Córdoba, a la consulta de uno de los mejores especialistas de la Ciudad. Nada más que este le comprobó los síntomas que presentaba, me ingresaron urgentemente en la Residencia Teniente Coronel Noreña. (Antigua Residencia). Durante varios días me estuvieron haciendo pruebas y más pruebas, al final se optó por no operar y someterme a un duro tratamiento. Afortunadamente el tratamiento dio resultado y hasta el día de hoy gracias a Dios, no me ha dado problemas.


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El Alumno

Eulogio, perteneció siempre al grupo de alumnos que destacaban dentro del buen nivel de aquellas aulas. Las asignaturas fundamentales las tenía siempre controladas y en la de taller, era de los más eficientes. Hablaba poco, pero cuando lo hacía, daba la impresión que hablaba “et cátedra”. Siempre demostró un gran apego a su tierra de origen, para él, sus raíces formaban parte de su ser. Estuvo en el Colegio Gran Capitán desde el año 1956, al 1960, en donde realizó la Oficialía en la rama de Ajuste y Matriceria. De 1960, al 1961, pasó al Colegio San Alberto, para realizar la Maestría Industrial. En ambos colegios, se cansó de reírse y pasarlo bien con los golpes de Juan Quirós Reyes, sobre todo en aquellos “coloquios” que éste “mantenía” con el inefable Sr. Arjona, (Pr.Matemáticas), que para meterse con los demás se escondía detrás de su bigote y se apoyándose siempre en las malas notas.

En Octubre del 1961, se marchó a la Universidad Laboral de Sevilla, para realizar un curso de utillaje, para la empresa Bressel S.A. de Madrid. En la Universidad de Sevilla, estuvo de interno en el Colegio Bartolomé Esteban Murillo, cuyo director era el buen salesiano Padre Sardóns, pequeñito de cuerpo, pero grande de corazón y afecto.

En el comedor servido por aquellas agradables mujeres, nos sentábamos juntos en compañía de Rodríguez Rivas, el “Rubio” de Villaluenga de la Sagra (Toledo). Este simpático Rubio, además de que se sentían unidos por el fútbol, ya que ambos eran destacados practicantes, se lo pasaba muy bien comentando cosas de las “niñas” con el resto de la mesa. Además, Eulogio entre gesto serio y serio, algunas veces soltaba unos golpes sumamente originales. Para colmo de estos encuentros, apareció por Sevilla, su amigo Salvador Artigas (+), al que le unía una vieja amistad desde Córdoba, y allí prolongaron esta relación. Eulogio pensaba y Artigas gesticulaba y hablaba. Formaban un buen dúo.

Yo también compartí con él muy buenos ratos e incluso fuimos tres o cuatro veces a ver al Sevilla y al Betis en sus respectivos estadios. También fueron animados los partidos de “chinchón” que se echaban en las salas de recreos, allí demostraba sus habilidades el simpático “Nandi”.

En el primer año en Madrid, Artigas, Eulogio, “El Boqueron” y Flores de la Huerga, formaron un grupo muy unido.



El Servicio Militar

En la empresa Bressel, S.A. Ingresó en 25 de agosto de 1982, y estuvo nada más que hasta el 21 de Marzo de 1963. En el que se incorporó al Servicio Militar.

Pronto abandonó la empresa Bressel, pues esta empresa al estar militarizada, solamente hacías la Instrucción, Jurabas Bandera y a trabajar. Este le conllevaba el tener que estar cinco años dependiendo de la disciplina de la empresa. Él no estuvo de acuerdo con esta circunstancia, por lo que abandonó la empresa. Esto le obligó con alguna complicación a “cumplir” con el Servicio Militar, de forma completa. (21-3-63 a 9-1-65)

Pasándolas “canutas” y después de la mili, se marchó a Barcelona y estuvo trabajando desde (15-2-65 al 2-965). Barcelona, no le convenció y volvió de nuevo a Madrid, en donde estuvo trabajando en una empresa de montajes desde (1-12-65 al 20-6-66). Cansado según dice él de dar vueltas de un lado para otro, optó POR LA COLA DE MILANO, y se marchó a Valladolid, haciendo la prueba en FASA RENAULT.

Lógicamente la prueba de la COLA DE MILANO, la hizo perfectamente y no tuvo dificultad para entrar en la gran empresa automovilística. (20-10-1966)

En esta empresa dada su alta categoría profesional y su calidad humana, llegó al puesto de Contramaestre de la Sección de Utillaje. Allí estuvo trabajando hasta que se prejubiló el 30 de Septiembre de 1998.

En esta factoría coincidió con compañeros entrañables como Teodoro Pérez de Pedro (Viana) y el buenazo de Felipe Esteban Alonso, entre otros. Además, junto con otros compañeros ex alumnos, forman actualmente una tertulia casi permanente en Valladolid, a dichas tertulias de vez en cuando suelen asistir o bien el Padre Cándido o el propio Padre Zabalza.


Padre de Familia

Eulogio, al igual que Primitivo Terrón Montero, fueron de aquellos compañeros que se marcharon a Madrid, y que se casaron con su novia de toda la vida. En el caso de Eulogio, siempre la hemos mencionado con todo el respeto del mundo, como “Su Rubia”. Yo personalmente a esta su señora, ni tan siquiera la conozco, solamente la ví una vez en una foto que él me enseñó en Sevilla. Yo no sé si él quería mucho o poco a su “Rubia” lo que si puedo dar fe, de que le vi soñar varias veces con ella. Todos los días por las mañanas solía tener la mismas cantinelas, del “Me cago en la puta”, por el pelo, luego pasaba a la frase que le salía de sus adentros, al menos en aquellos tiempos. “Y mi Rubia que estará haciendo ahora, cuantas ganas tengo de verla”. Luego se metía conmigo diciéndome pelo pincho o lo que se le ocurría y bajábamos al desayuno. Allí normalmente nos esperaba el amigo de Villaluenga (Rodríguez Rivas).

El 26 de Diciembre de 1966, y cuando la COLA DE MILANO, le había dado seguridad y estabilidad en Fasa-Renault, (Valladolid), se casa con su Marisa del alma.

Tiene dos hijos, un varón y una hembra. El mayor de nombre David, le ha dado un nieto que actualmente tiene 10 años, y le ha hecho recobrar todas las ilusiones de la vida. Su hija Patricia, se halla trabajando en Madrid.

En varias cartas que me han escrito, me ha insistido en que él no es tan “angelito” como yo lo describo. Pero yo le contesto, que yo estoy expresando mi opinión sensata sobre él, y yo tengo que ser honesto conmigo mismo.



M. Estévez