Durante aquellos años de 1959,
había cuatro Universidades Laborales, que fueron pioneras de todo lo que fue
luego una “masificación” de esta idea inicial. Aparecieron Universidades
Laborales por todos los rincones de España, con ánimo quizás de quitar
importancia a las de Córdoba, Sevilla, Tarragona y Gijón, que fueron las iniciales en
esta revolución que para los hijos de los trabajadores, significaron las Universidades Laborales, le pese a quien le pese.
En aquellos tiempos 1955-1965,
abundaban las escuelas de Aprendices y las Escuelas profesionales y las
Universidades Laborales, vinieron a ser la ratificación de que los hijos de los
trabajadores, podían aspirar a cualquier puesto en la Sociedad.
A nivel de aprendices,
había una
estructura, que regulaban unas competiciones y concursos de superación.
Con
aquellos concursos locales, regionales, nacionales e incluso
internacionales, se
estimulaban a los aprendices a conseguir sus mejores logros. Eran
bonitas aquellas competiciones. Simplemente con ver las herramientas que
traían los alemanes y los japoneses, ya se disfrutaba.
En la Universidad Laboral de Córdoba, tuvimos a un malagueño, llamado Miguel Velasco Galiana, que además de amar el atletismo, (era campeón de lanzamiento de Disco), era un fuera de serie en el tema del ajuste “DE LA COLA DE MILANO”, hasta el punto de que llegó a Campeón Internacional, compitiendo incluso con los franceses, alemanes, italianos y japoneses, que venían con unos equipos de medición que asombraban.
Su principal mentor fue
D.
Alejandro San José, un profesor serio y gran profesional, que dio
prestigio al
profesorado de Córdoba y a la misma Universidad Laboral, lástima que al
casarse, se marchara a Zamora, en donde falleció relativamente joven,
dejando esposa y dos hijas.
Luego Miguel Velasco Galiana, quizás intuyendo, que esta profesión sería "barrida" por el avance de la tecnología, (hasta
prácticamente desaparecer), se hizo profesional de la Delineación, para lo
que también tenía muchas cualidades y se colocó en una Oficina Técnica del Ayuntamiento de Málaga, en
donde felizmente se ha jubilado..
Por otra parte y durante
nuestra
estancia en la Universidad
de Sevilla, (1961-62), nos encontramos con un grupo de Palentinos, que
era el
orgullo de aquel Colegio Bartolomé Esteban Murillo, de la citada
Universidad de Sevilla, Allí estaban en sana "competencia". con los
"Bejaranos", que con Fernando Martín a la cabeza, tenían también mucha
popularidad por su simpatía. El líder de los "palentinos", era
Antonio Antolín de la Corte,
al que llamaban de forma popular el “Tolo”, gran jugador de fútbol, pero
más
aficionado aún a los toros. Pero según nos confirmó un día D. Antonio
Deblas,
(salesiano de talleres), el también palentino, Rafael González Gómez, campeón
internacional por aquellos años, era lo más perfecto que ellos habían visto en
el arte de ajuste llamado “COLA DE MILANO”, También D. Antonio Valenciano,
salesiano, ingeniero y hombre sabio en el tema de talleres nos confirmó lo
mismo.
Dejo a la opinión de los
compañeros, la difícil decisión de elegir al mejor.
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