miércoles, 19 de marzo de 2008

2. El olivo del patio de los naranjos de la Catedral

Esta pequeña colaboración se la dedico a un grupo de profesores que allí en aquellos cariñosos talleres pre-vocacionales, y en una de sus aulas, nada más empezar el curso nos dieron las primeras clases de tecnología. De aquellos talleres era el Jefe el Padre Esparza, y había 4 secciones, Ajuste, Electricidad, Carpintería y Artes Gráficas. En primer lugar a D. Rafael Espejo Jiménez, que fue la primera clase que recibí en la Universidad Laboral. Este Sr. tenía la debilidad de además de ser una excelente persona, ser un “figura” en su profesión, nos habló de tal manera de maderas de haya, de abetos, de cedros de caobas,..etc. que nos quedamos hechos unos muebles. Daba gusto oírle por la sensación de seguridad y respeto que denotaba. Aquella fue una clase que tengo grabada en el mejor rincón de mis recuerdos, como referencia del saber, de la comunicación y de la atmósfera de respeto que se respiraba. Días más tarde nos hablaron el Sr. Peña como experto en temas de electricidad, el Sr. Del Toro como genio del soplete y finalmente el Sr. Castillo nos habló por primera vez de lo que eran los carpinteros de Rivera. Total una gozada, por la preparación y por la categoría humana de dichos profesores.


Como han sido tantos los alumnos que han pasado por la Universidad de Córdoba, quiero que si alguno se quedó con ganas de conocer algo sobre el patio de los naranjos, gentilmente les facilito este pequeño resumen.

Córdoba junto a la provincia hermana de Jaén son dos de las provincias españolas que mayor abundancia tiene de este árbol, que da origen a exquisitas cosechas de ese oro verde que se llama aceite de oliva. Córdoba tiene más de 20 millones de olivos.

No abunda sin embargo en las ciudades, aunque es de bello aspecto y buena sombra pues posee una copa muy extendida cubierta por hojas persistentes, coriáceas, de color verde glauco en el haz y gris plateado en el envés, recubiertas de pelillos estrellados que sirven para preservarlas de una transpiración excesiva en los climas cálidos donde habita.

El tronco del olivo es muy retorcido, y la corteza de color pardo-grisácea se fractura al envejecer, siendo su madera, de color amarillo veteado de pardo-rojizo, apreciadísima por ser de las más duras y utilizada en la fabricación de muebles de lujo. Muchos de estos muebles se fabrican en Castro del Río y en Espejo, ambos maravillosos pueblos de la Campiña cordobesa.

Es el olivo planta de crecimiento lento, y puede alcanzar edades considerables, como se le suponen a los ejemplares que hay en el patio de los naranjos junto a la fuente, en la misma entrada de los Jardines del Alcázar, junto a la estatua del rey Fernando III, o los que hay junto a la Arruzafa. (Hoy convertido en Parador de turismo).

El Olivo del patio de los naranjos posiblemente el más antiguo de Córdoba, lo menciona D. Manuel Nieto Cumplido, en su libro de La Catedral de Córdoba: (1998)

Hablando de los árboles del patio dice:

“La palmera es el elemento arbóreo más antiguo que conocemos de este patio. Figura en el sello capitular de 1262 de manera simbólica. En el sello del concejo de la ciudad de 1440, aparece de nuevo la palmera.”.

“En cuanto a los naranjos, sabemos de su plantación a partir de 1512, año en que se alude al –Altar de Sant Gregorio fazia los naranjos- .Mucho más explícita es aún una escritura de 14 de diciembre de 1517 en la que el Cabildo arrienda –Todos los naranjos del corral de la dicha Iglesia…- Con el único compromiso que le reporten las naranjas de un naranjo y el azahar de dos naranjos que el señalare.”

“Existe un plano de 1741, donde se informa con meticulosidad acerca del número, de la ubicación y de la calidad de los árboles plantados: 28 naranjos en el cuadro de poniente, 39 en el central, y otros 28 en el oriental, lo que da un total de 95 naranjos, 3 palmeras, 10 cipreses, 3 cinamomos y un olivo. El cinamomo más grande es el que está ubicado junto a la fuente del pilón azul y fue plantado por D. Francisco de Mora. En cuanto al olivo, este se encuentra milagrosamente vivo a pesar de que todo su tronco está totalmente hueco y agujereado. Solamente los expertos cuidados de la empresa Santa Marta, hace que aún se mantenga “vivo” como está en la actualidad y de fruto todos los años en la forma de sus maravillosas aceitunas.

No obstante existen por ahí guías turísticas al parecer realizadas por la Consejería de Turismo y que suelen venir de Sevilla en donde afirman que: “hubo un tiempo en que el patio de los naranjos estaba plantado de olivos”. Dicha afirmación, con documentos en la mano que lo demuestran es totalmente falsa y gratuita.



Manolo Estévez

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