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Esta frase la pronunció el Padre Antonio Diez Blanco, en una clase que nos impartió en Febrero del 1959. Era en el Aula grande que había junto al despacho del Padre Roses, y allí estábamos prácticamente todos los alumnos que hacíamos el Tercero de Oficialía Industrial, pues la asignatura era común.
La asignatura era nueva en aquel curso y se llamaba SEGURIDAD E HIGIENE Y RELACIONES HUMANAS. El profesor era un dominico, posiblemente de los mayores en edad de los que había en aquellos tiempos. Al parecer además de fraile, tenía la carrera de médico de empresa.
Recuerdo que esta asignatura se nos facilitaba en apuntes de multicopista. Todo su temario se componía de materias “muy lógicas” y que eran del día a día. Y la frase del encabezamiento, nos la comentó el Padre Diez, al tratar el tema de la DESRATIZACIÓN.
La lógica del temario, y por la habilidad y suficiencia con que lo exponía el Padre Diez, hizo que la clase nos resultara muy amena. Quizás por ello, algunos descuidamos el estudio de la “letra pequeña” de la misma.
ANGEL MADRID PINTOR
Estábamos en el examen final de esta asignatura, que se celebró en el Aula General del Colegio Gran Capitán. La presidencia del tribunal la ocupaba un profesor venido de Madrid, que vestía una raída chaqueta blanca de verano. Al parecer era el Director del Colegio “La Paloma de Madrid. Por su comentada severidad para los exámenes, nos había llegado la noticia de que le apodaban “Mister Jaque”. Nada más entregarnos el temario de examen, pronto pudimos comprobar que nos solicitaban “contestaciones” que ni tan siquiera habíamos repasado. (letra pequeña). El grupo de los afectados por esta “dificultad”, éramos: Ángel Madrid Pintor, Manuel Serrano Ramírez, Manuel Huertas de Gracia, Juan Quirós Reyes, Juan Navarro Llorente, Rafael Ojeda Amate, etc. etc. Y lógicamente yo. Todos externos, y si normalmente solíamos estar unidos en los recreos y patios, en el examen también estábamos “unidos” por el desconocimiento de cuatro preguntas de aquel temario.
Ocupábamos el rincón posterior que pegaba pared con pared con el despacho del Director. Allí, en la parte trasera, nos cruzábamos las miradas y no había nada que hacer. No nos podíamos ayudar, ya que ninguno se conocía “aquellas dichosas” contestaciones.
Aparte de eso, la presencia del tal “Mister Jaque”, nos impedía hacer nada de “atrevimiento”, para subsanar aquel presumible desastre que se nos avecinaba.
La entrada en el Aula del padre Roses y el Padre Larrañeta, cambió un poco la rigidez del tribunal, pues el temido “Mister Jaque”, se levantó para saludar a los dos frailes y se entretuvo un rato charlando con el Director Padre Roses. Aquello fue como una bendición caída del Cielo.
De pronto, vemos como uno de los compañeros más preparados que teníamos, se levanta para entregar su examen ya finalizado. Se trataba del palentino Ibáñez Hoyos, que además de excelente persona, era de los tíos más empollones y preparados que posiblemente hubo en el Colegio Gran Capitán de nuestra inolvidable época. Como impulsado por un resorte, detrás de él, surge la imagen alta y desgarbada del bueno de Ángel Madrid Pintor, el cual simulando que iba a por un folio en blanco a la mesa de la presidencia, se entretuvo en coger el Examen, que acababa de soltar el citado Ibáñez Hoyos. Tranquilamente se dedicó a copiarlo en su pupitre. Una vez que terminó, lo fue pasando a todo el grupo del rincón. Al final lógicamente todos aprobamos el examen y con buena nota.
Al salir del examen comentábamos que las peguntas se referían fundamentalmente al tema de “prevención de accidentes” en las empresas y al empleo de las prendas de Seguridad e Higiene. Como suele decirse, aquello que se “copia”, nunca se olvida.
Efectivamente, con mi llegada al mundo del trabajo (02/07/1962), pude comprobar desde el primer día, que “aquellas” preguntas estaban “vivas” en mi empresa. El Comité de Seguridad e Higiene, velaba en todo momento porque a los trabajadores no le faltara en ningún momento, sus prendas de seguridad y prevención para realizar su trabajo.
D. Francisco Rodríguez Caracuel, Inspector de Trabajo, estaba un día si y otro también en los talleres de fábrica, levantando Actas de Sanción por todo aquello que le denunciaba el Comité, o el mismo, interpretaba pudiera poner en peligro la seguridad de los trabajadores. De aquello pueden dar fe todos los compañeros que como yo, estuvimos en Westhinghouse, (unos 21),1 De todos ellos, hubo algunos que incluso llegaron a ocupar cargos de representación social. (Arjona Vázquez, Luque Aranda y Mudarra Aceituno). Concretamente algunos pertenecieron al llamado Comité de Seguridad e Higiene.
Contracta el susto que pasamos en aquel examen, y las posteriores experiencias en la empresa, con la dejadez total que se aprecia ahora en el tema de la Seguridad e Higiene.
Posiblemente en aquellos tiempos con el ansia de conseguir la Democracia, se reivindicaba todo. En estos momentos en que el Jefe del Estado, está consolidado en su Palacio y los líderes Políticos y sindicales, ostentan más o menos la posición que apetecían, da la impresión de que ya no son “interesantes” aquellas reclamaciones.
Muchas veces me pregunto donde están los Inspectores de Trabajo y Técnicos competentes en la Prevención de Accidentes. Hoy en Córdoba, se puede apreciar por sus calles, sobre todo en estas obras programadas para “paliar el paro”, como la mayoría de los trabajadores, trabajan ignorando de forma olímpica cualquier medida de Seguridad e Higiene en su trabajo. Se les ve sin casco, sin ropa y calzado adecuado. Sin gafas protectoras, sin pantallas, etc, etc. Mientras utilizan potentes portátiles cortando losas, mármoles, hierros, maderas y todo lo que se ponga por delante. No solo falta seguridad para los trabajadores, sino que ponen en peligro evidente a todos los viandantes que pasan continuamente por la calles.
Y para más INRI, hay trabajadores de la construcción que en plena hora punta y en uno de los puntos más concurridos de la circulación, se ponen a DIRIGIR EL TRÁFICO.
Yo le preguntaría a algunas empresas de estas que ponen a sus trabajadores a “dirigir” la circulación, en que PROCEDIMIETO DE TRABAJO, de su supuesta Homologación, se contempla esta faena.
Comentando todo esto con algún viejo compañero de la Universidad, alguno ha llegado a la simpática conclusión de que:
-Por cada político o sindical que cumple su cometido, hay diez escondidos que da la impresión que no lo hace-.
(1)
Arjona Vázquez Métodos Trafos.
Vázquez Martín Fresas Aparellaje
Gómez Carrasco (2) Montaje Aparellaje y Herramental Nuclear
Salcedo Métodos Trafos.
Granados Montaje Aparellaje
Rando Corella Métodos Aparellaje
Zapata Valoración P. Trabajo
Luque Aranda Bobinaje Columna
Martínez Bermúdez Montaje Acorazados
Pérez Gant Sistemas
Fuentes Villarejo Estudios Trafos
Sepúlveda Mora Presupuestos
Velasco Cabello Estudios Trafos.
Fernández Pérez Control de Costes
Tamajón Control de Producción
Villen Alcaide Tornos Aparellaje
Florido Hermoso Calidad Trafos.
Mudarra Aceituno Métodos Trafos.
Rosal Moya Estudios Aparellaje
Estévez Recio D.º. Personal
Salvo uno o dos, que son autónomos, todos jubilados
M. Estévez
La asignatura era nueva en aquel curso y se llamaba SEGURIDAD E HIGIENE Y RELACIONES HUMANAS. El profesor era un dominico, posiblemente de los mayores en edad de los que había en aquellos tiempos. Al parecer además de fraile, tenía la carrera de médico de empresa.
Recuerdo que esta asignatura se nos facilitaba en apuntes de multicopista. Todo su temario se componía de materias “muy lógicas” y que eran del día a día. Y la frase del encabezamiento, nos la comentó el Padre Diez, al tratar el tema de la DESRATIZACIÓN.
La lógica del temario, y por la habilidad y suficiencia con que lo exponía el Padre Diez, hizo que la clase nos resultara muy amena. Quizás por ello, algunos descuidamos el estudio de la “letra pequeña” de la misma.
ANGEL MADRID PINTOR
Estábamos en el examen final de esta asignatura, que se celebró en el Aula General del Colegio Gran Capitán. La presidencia del tribunal la ocupaba un profesor venido de Madrid, que vestía una raída chaqueta blanca de verano. Al parecer era el Director del Colegio “La Paloma de Madrid. Por su comentada severidad para los exámenes, nos había llegado la noticia de que le apodaban “Mister Jaque”. Nada más entregarnos el temario de examen, pronto pudimos comprobar que nos solicitaban “contestaciones” que ni tan siquiera habíamos repasado. (letra pequeña). El grupo de los afectados por esta “dificultad”, éramos: Ángel Madrid Pintor, Manuel Serrano Ramírez, Manuel Huertas de Gracia, Juan Quirós Reyes, Juan Navarro Llorente, Rafael Ojeda Amate, etc. etc. Y lógicamente yo. Todos externos, y si normalmente solíamos estar unidos en los recreos y patios, en el examen también estábamos “unidos” por el desconocimiento de cuatro preguntas de aquel temario.
Ocupábamos el rincón posterior que pegaba pared con pared con el despacho del Director. Allí, en la parte trasera, nos cruzábamos las miradas y no había nada que hacer. No nos podíamos ayudar, ya que ninguno se conocía “aquellas dichosas” contestaciones.
Aparte de eso, la presencia del tal “Mister Jaque”, nos impedía hacer nada de “atrevimiento”, para subsanar aquel presumible desastre que se nos avecinaba.
La entrada en el Aula del padre Roses y el Padre Larrañeta, cambió un poco la rigidez del tribunal, pues el temido “Mister Jaque”, se levantó para saludar a los dos frailes y se entretuvo un rato charlando con el Director Padre Roses. Aquello fue como una bendición caída del Cielo.
De pronto, vemos como uno de los compañeros más preparados que teníamos, se levanta para entregar su examen ya finalizado. Se trataba del palentino Ibáñez Hoyos, que además de excelente persona, era de los tíos más empollones y preparados que posiblemente hubo en el Colegio Gran Capitán de nuestra inolvidable época. Como impulsado por un resorte, detrás de él, surge la imagen alta y desgarbada del bueno de Ángel Madrid Pintor, el cual simulando que iba a por un folio en blanco a la mesa de la presidencia, se entretuvo en coger el Examen, que acababa de soltar el citado Ibáñez Hoyos. Tranquilamente se dedicó a copiarlo en su pupitre. Una vez que terminó, lo fue pasando a todo el grupo del rincón. Al final lógicamente todos aprobamos el examen y con buena nota.
Al salir del examen comentábamos que las peguntas se referían fundamentalmente al tema de “prevención de accidentes” en las empresas y al empleo de las prendas de Seguridad e Higiene. Como suele decirse, aquello que se “copia”, nunca se olvida.
Efectivamente, con mi llegada al mundo del trabajo (02/07/1962), pude comprobar desde el primer día, que “aquellas” preguntas estaban “vivas” en mi empresa. El Comité de Seguridad e Higiene, velaba en todo momento porque a los trabajadores no le faltara en ningún momento, sus prendas de seguridad y prevención para realizar su trabajo.
D. Francisco Rodríguez Caracuel, Inspector de Trabajo, estaba un día si y otro también en los talleres de fábrica, levantando Actas de Sanción por todo aquello que le denunciaba el Comité, o el mismo, interpretaba pudiera poner en peligro la seguridad de los trabajadores. De aquello pueden dar fe todos los compañeros que como yo, estuvimos en Westhinghouse, (unos 21),1 De todos ellos, hubo algunos que incluso llegaron a ocupar cargos de representación social. (Arjona Vázquez, Luque Aranda y Mudarra Aceituno). Concretamente algunos pertenecieron al llamado Comité de Seguridad e Higiene.
Contracta el susto que pasamos en aquel examen, y las posteriores experiencias en la empresa, con la dejadez total que se aprecia ahora en el tema de la Seguridad e Higiene.
Posiblemente en aquellos tiempos con el ansia de conseguir la Democracia, se reivindicaba todo. En estos momentos en que el Jefe del Estado, está consolidado en su Palacio y los líderes Políticos y sindicales, ostentan más o menos la posición que apetecían, da la impresión de que ya no son “interesantes” aquellas reclamaciones.
Muchas veces me pregunto donde están los Inspectores de Trabajo y Técnicos competentes en la Prevención de Accidentes. Hoy en Córdoba, se puede apreciar por sus calles, sobre todo en estas obras programadas para “paliar el paro”, como la mayoría de los trabajadores, trabajan ignorando de forma olímpica cualquier medida de Seguridad e Higiene en su trabajo. Se les ve sin casco, sin ropa y calzado adecuado. Sin gafas protectoras, sin pantallas, etc, etc. Mientras utilizan potentes portátiles cortando losas, mármoles, hierros, maderas y todo lo que se ponga por delante. No solo falta seguridad para los trabajadores, sino que ponen en peligro evidente a todos los viandantes que pasan continuamente por la calles.
Y para más INRI, hay trabajadores de la construcción que en plena hora punta y en uno de los puntos más concurridos de la circulación, se ponen a DIRIGIR EL TRÁFICO.
Yo le preguntaría a algunas empresas de estas que ponen a sus trabajadores a “dirigir” la circulación, en que PROCEDIMIETO DE TRABAJO, de su supuesta Homologación, se contempla esta faena.
Comentando todo esto con algún viejo compañero de la Universidad, alguno ha llegado a la simpática conclusión de que:
-Por cada político o sindical que cumple su cometido, hay diez escondidos que da la impresión que no lo hace-.
(1)
Arjona Vázquez Métodos Trafos.
Vázquez Martín Fresas Aparellaje
Gómez Carrasco (2) Montaje Aparellaje y Herramental Nuclear
Salcedo Métodos Trafos.
Granados Montaje Aparellaje
Rando Corella Métodos Aparellaje
Zapata Valoración P. Trabajo
Luque Aranda Bobinaje Columna
Martínez Bermúdez Montaje Acorazados
Pérez Gant Sistemas
Fuentes Villarejo Estudios Trafos
Sepúlveda Mora Presupuestos
Velasco Cabello Estudios Trafos.
Fernández Pérez Control de Costes
Tamajón Control de Producción
Villen Alcaide Tornos Aparellaje
Florido Hermoso Calidad Trafos.
Mudarra Aceituno Métodos Trafos.
Rosal Moya Estudios Aparellaje
Estévez Recio D.º. Personal
Salvo uno o dos, que son autónomos, todos jubilados
M. Estévez
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