sábado, 21 de marzo de 2009

Recordando a Sabino Olano Uriarte

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Recordando a Sabino Olano Uriarte, destacado alumno del Colegio Gran Capitán, como deportista y como persona.

Falleció el 20 de enero del 1984


Sabino Olano Uriarte. Alumno Gran Capitán



Zenauri (Vizcaya) su pueblo


Te iba a decir. …

Que el día 17 de enero de este año, murió mi amigo de la infancia Manuel Torres Diez, al que cariñosamente todos llamábamos “Zarra”, por su gran afición al Atletic de Bilbao.
Y te lo iba a decir, que mi amigo el “zarra” había fallecido, aquel amigo que enseguida intimó contigo por vuestra común afinidad por el equipo vizcaíno. Recuerda como antes de empezar el partido celebrado en el Colegio del Carmen, empezamos a pelotear y quedaste maravillado de cómo la “tocaba” y le dijiste que más que Zarra, se debía de llamar Panizo.


Era el año 1958, sábado por la mañana de mes de febrero y un equipo de la Universidad Laboral, disputaba la clasificación en los juegos escolares, al equipo del Colegio Salesianos de Córdoba, jugando un partido en el Colegio del Carmen. (San Cayetano). Quiero recordar que se trataba de un equipo del Luis de Góngora, pues a parte de que jugaba Ángel García Mellado (externo), estaba de forma visible el padre Jorge.

Yo, estaba viendo el partido en compañía de dos amigos míos de mi barrio, Manuel Torres Diez “Zarra” y Diego Santiago Laguna, que con el tiempo llegaría a ser Catedrático de la Facultad de Veterinaria de Córdoba. Los tres éramos grandes aficionados al fútbol y por ello nos encontrábamos allí.


También se encontraba allí junto a dos compañeros más, el amigo Sabino. En el equipo del padre Jorge, jugaba un vizcaíno paisano suyo. Allí sentados en un cajón de madera por toda butaca, hablamos de muchas cosas., especialmente mi amigo “Zarra” que empezó a hablar del Atletic. Al llegar el descanso empezamos a hablar de las altas chimeneas que se veían por encima del campo de fútbol, y que eran las de Moreno S.A. y las de Aceites Carbonell.


El amigo Olano dijo que eso eran unas “mini” chimeneas, en comparación de las que había por Baracaldo o en la misma Bilbao, donde abundaban las fundiciones y los altos hornos.

Entonces mi amigo Diego, le comentó que en Córdoba en general lo vizcaíno caía muy bien, hasta el punto de que la mayoría de los trabajadores de “mono azul” eran todos aficionados del Atletic.


Quiero recordar que el partido lo ganó el equipo de la Universidad Laboral, con una gran actuación del amigo Mellado, el que hoy se encuentra felizmente jubilado después de haber trabajado la mayoría de su época laboral en ACSSA.


En aquella conversación que mantuvimos con el bueno de Sabino, quedó claro que era un vizcaíno de corazón y principalmente un enamorado de su Atletic de Bilbao.


Y lo que te iba a decir …se ha quedado entrecortado entre el pecho y mi corazón al enterarme por medio de la página Web, que habías fallecido. Me imagino que con la buena persona y las calidades humanas que atesorabas, nos estarás contemplando desde el “mirador de la verdad”, e incluso habrás visto como llegaba mi amigo “zarra”, a donde tu estas, con el que podrás reanudar aquellos bonitos diálogos de fútbol de tu Atletic. Precisamente el año que te marchaste, a modo de despedida se quedó campeón de liga y de copa tu Bilbao de tu alma.


Ya que estáis los dos juntos, os quiero dedicar un público homenaje, haciendo una bonita semblanza del equipo de vuestros amores.


“Al final de los años cincuenta en Córdoba uno de los equipos que más aficionados arrastraban era:

Athletic de Bilbao
Fundado en 1898, cuenta con 8 Ligas y 24 Copas

Sentimientos por este equipo
Los aficionados vizcaínos, dicen que es sentimiento que generación tras generación desde hace 111 años pasa de padres a hijos. Un sentimiento religioso que se oficia en 'La Catedral' de San Mamés, donde la liturgia del fútbol y el ritual de los cánticos, alabanzas y plegarias unen en comunión a equipo y afición bajo un único mandamiento: "Amarás al Athletic por encima de cualquier otro equipo”


Un equipo siempre de Primera y que siempre ha jugado con hombres de la tierra o formados en ella. Un equipo, como se decía en la década de los 50 del pasado siglo, de “once aldeanos’. O, como escribió una vez el prestigioso periódico deportivo francés ‘L’Equipe’, “un caso único en la historia del fútbol mundial”. Por eso, el Athletic no es únicamente un club de fútbol, es un modo diferente de ver el deporte, es una filosofía de vida, es, en definitiva, y como decíamos al principio, un sentimiento imposible de definir pero bello de vivir.


En Córdoba por aquellos años…


El Atlético de Bilbao, era el equipo de muchos compañeros, y frailes de la Universidad. Entre los dominicos, estaba el padre Zabalza, padre Ilarregui, padre Azagra, padre Guillermo, y padre Cabedo, etc. y entre los compañeros, además de los vizcaínos, podemos citar en representación de todos, a López Alcantarilla. También llenaba de ilusión a nuestros padres, y era el más apreciado en los grandes centros fabriles que había en Córdoba. Era el equipo de los trabajadores. Todavía recuerdo en aquellos campeonatos que se organizaban en el Oratorio Festivo Salesiano, en los que la mayoría de los chavales, atendían por los apodos de: “Arteche”, “Gainza”, “Arieta”, etc. etc. Era gente que se identificaba con aquella forma de jugar del equipo de San Mames.


En los años 54 y 55, recuerdo que el Bilbao bajaba hasta Jaén para jugar sus partidos de liga y era tal el fervor que despertaba en Córdoba y su provincia, que se organizaban trenes especiales llamados popularmente “Tren-Botijo”, para que los aficionados se pudieran desplazar a verlo. Las entradas del partido se compraban incluido con el billete de tren, y las ponían a la venta en la taquilla de la “Teatral”, junto al Palacio del Cine. La mayoría de los “viajeros”, el único equipaje que solían llevar para la ocasión, era una simple caja de zapatos, amarrada con una guita, guardando en su interior, un canto de telera y una tortilla de patatas, que era el menú que se estilaba por aquellas épocas. Pero iban llenos de la ilusión por ver aquella línea media inolvidable que formaban, “Mauri y Maguregui”. Muchos incluso aprovechaban la ocasión para hacer uso de su “boina”, para simular la “chapela” vasca. Al volver, todos los viajeros, con la cara crispada por el disgusto de la derrota. Para completar el “rito” del viaje, traían en la caja de cartón, media docena de dulces para los que nos quedábamos aquí.



Con el paso del tiempo y con la irrupción de la dichosa política en todos los ámbitos de la vida, el fútbol no iba ser menos y también se vio afectado, esto determinó que muchas de las nuevas generaciones no “heredaran” de sus padres el amor incondicional a aquellos colores.

Queriendo buscar antecedentes del porqué en Córdoba los vizcaínos caían bien, tenemos que remontarnos casi a la Edad Media para comprobar, que ya por aquellas fechas estos iban y venían por aquellos tiempos con el mercado del hierro. Se puede decir con documentos en la mano que todo el arte de la forja y la herrería fueron introducidos en Córdoba por los vizcaínos. En torno al siglo XV, está documentada en la ciudad de la Mezquita una comunidad vizcaína, que vivía a caballo entre Córdoba y Sevilla. Fundamentalmente eran mercaderes del hierro, que lo transportaban a través del Guadalquivir. Incluso hacían operaciones económicas, teniendo por moneda el hierro. Existía una casa llamada la de la Red, (de la Reja), que era el centro donde se reunían todos los vizcaínos.


En el Archivo Provincial de Protocolos, (D. Notariales), existen documentos que D. Manuel Nieto, cataloga en su Corpus Mediavale Cordubensis:







Con esta muestra de protocolos de compra y venta existentes en dicho archivo, queda demostrada históricamente la relación que desde antiguo, tenían los vizcaínos con los cordobeses. Y sobre todo su relación se acentuaba en los centros fabriles donde había hornos, carbón, fundición y mucho mono azul por vestimenta.

En la misma Universidad, siempre que en clase de tecnología se hablaba de Altos Hornos, de Carbón, de Acero y de fundiciones, etc. había que echar la mirada al norte, a Vizcaya. Con el hierro y su elaboración fue como se adentraron en la vida cordobesa, y se hicieron simpatizantes de su equipo allá por el 1898, cuando se fundó el equipo de los “Leones”.

Por aquellos años en el Colegio Gran Capitán, además del desaparecido Sabino, también estaban Gómez Roa y Machain Eguzquizaga.

En esta foto se puede ver a Sabino

Y los mismos compañeros internos del Gran Capitán, que siendo de distintas partes de España, escenificaban sus famosas danzas vascas en plan de reconocimiento. En la foto se pueden ver con su cara de juveniles, al desaparecido, Sabino, junto a Teodoro, Pipe Esteban, Ángel Gallardo, De la Rubia y otros compañeros, que con lo atuendos clásicos, realizaron estos bailes, ante la mirada atenta de los desaparecidos padre Espinel y padre Roces.

Para bien del fútbol, en aquellas épocas se marcaba muchos goles, tantos, que al pobre Lérida, en una temporada le encasquetaron nada más y nada menos que 134 goles. Ese record “negativo” no ha sido todavía superado por ningún equipo.

Las simpatías generalizadas que se sentían por el Bilbao, no llegaron a pasar en la mayoría de los casos de padres a hijos. Por una parte, la aparición de la Copa de Europa, con los partidos televisados, y la dichosa política, (donde a todo lo llamaron “vasco”), hicieron que mucha gente se apuntara a caballo ganador, esto es al Madrid. De esta forma pudimos ver a jóvenes, que apodándose familiarmente como “gainza”, “zarra”, “arieta”, por la devoción que le tenían a este equipo, a principios de los sesenta, se cambiaron al equipo que se llevaba en aquellos tiempos, el Madrid. Toda la gente que venía de los pueblos y del campo a trabajar a la ciudad, venían con la lección bien aprendida, eran del Madrid. Ellos decían que era el equipo que les “amortizaba” el televisor.

No obstante el Bilbao también tuvo su escarceos por la copa de Europa, (1956), en donde se enfrentó al potente equipo húngaro Honved, al que eliminó. Este equipo estaba formado por grandes jugadores que después de esta eliminatoria, y dadas las circunstancias que se daban en Hungría por la invasión Rusa, optaron por exilarse la mayoría. De aquellos jugadores, algunos se quedaron en España, siendo el más famoso Ferenc Puskas, que recaló en el Madrid, siendo uno de sus mejores goleadores de la historia. Al Barcelona fueron a parar, Sandor Kocsis, “cabeza de oro” y Zoltán Czibor, “el pájaro loco”. Ambos jugadores dieron un buen resultado en el Barça.

Finalmente el Bilbao fue eliminado por el Manchester United, que le goleo 5-0 en el partido de vuelta. Este equipo inglés, sufriría un grave accidente de avión, el 6 de febrero de 1958, al estrellarse el aparato en que viajaban después de jugar con el Estrella Roja de Belgrado una eliminatoria de Copa de Europa. En el accidente murieron prácticamente la mitad de los ocupantes. Entre las personas que salvaron su vida, estaba el entrenador Matt Busby y Bobby Charlton.

Actualmente quedan todavía bastantes peñas del Bilbao por la provincia de Córdoba, diseminadas por Pozoblanco, Peñarroya, Belmez, El Carpio, Fernán Núñez, Cabra, etc.

En el resto de España existen unas 600 peñas, incluida una que hay en el Peñón de Gibraltar. También en el nuevo continente tiene algunas peñas este simpático equipo.

M. Estévez


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