(Maestro Taller Ajuste-Matriceria)
El Sr. Valenzuela, llegó a la Universidad en el año 1958, el venía de la CENEMESA, en donde fue uno de los jóvenes que destacó en su División de Herramental, y de allí fue rescatado por el Padre Riera, para la Universidad Laboral.
Francisco Valenzuela Vilchez, había nacido en la Calle el Cárcamo (cerca de la Piedra Escrita). Su madre regentaba un puesto de verduras y eran una familia muy querida por toda la zona de San Agustín. (Dominicos).
Con su llegada a los talleres de la Universidad aportó unos conocimientos de matricería que eran totalmente desconocidos hasta entonces en las prácticas de taller. A el se debió que en los planes de tecnología mecánica apareciera un Capitulo dedicado a “MATRICERIA Y UTILLAJE”, Recuerdo que el libro que se escogió para “soportar” esta tecnología fue el famoso “MARIO ROSSI”, el libro más completo que existía sobre dicha especialidad. Al ser una tecnología nueva al pobre del Sr. Berrocal, le venía bastante larga su explicación de la asignatura, a pesar de que se "limpiaba" en el verbetón..
Al igual que el Sr. Del Toro y Chico, hacían de vez en cuando exhibiciones de soldadura, también el Sr. Valenzuela se permitía hacer las suyas. Uno de los primeros trabajos de estampación y corte que hizo fue el escudo de la Universidad Laboral, trabajo que hizo casi de forma artesanal pues por aquellos tiempos no existían en talleres prensas adecuadas.
Dentro de la rama de ajuste, la matricería se consideraba como una “culminación” de esta especialidad a la que debían de llegar los que mejor hicieran “LA COLA DE MILANO”. De momento nada cambió en el programa de ejercicios de ajuste y solamente al final se terminaba con una matriz de paso, que curiosamente representaban, NUMEROS Y LETRAS, El grupo de aventajados, que por razones de edad, conocimiento o cualidades innatas, había en aquellas prácticas de tallera, respondían a los nombres propios de: Miguel Velasco, Francisco Castillo, Ibáñez Hoyos, Eulogio López, Rafael Gutiérrez, Eulalio Vázquez, Severiano Fuentes, José Camacho, etc. Fueron lógicamente los primeros que realizaron dichas matrices. Curiosamente y en la práctica profesional, según tengo entendido, solamente Eulogio López Álvarez, llegó a Contramaestre en la Sección de Matriceria de la FASA RENAULT. (Valladolid), los demás optaron por otros caminos, sino al principio bien al poco tiempo de empezar su vida laboral.
Al Sr. Valenzuela le encomendaron que elaborara un programa de trabajo en el taller de dicha especialidad. Antes de que lo hubiera culminado, lo mandaron a la Universidad Laboral de Sevilla, para que en compañía de varios profesores más de Sevilla, impartiera un Curso de Utillaje para las factorías de Madrid, Bressel y Marconi.
En aquellos talleres de Sevilla, existía una mejor cobertura para la realización de estas prácticas de taller, así como una gran sección de Tratamientos Térmicos, fundamental para el tema del utillaje. El citado curso de Utillaje, empezó en octubre del 1961, y los alumnos se alojaron en el Colegio Bartolomé Esteban Murillo, los profesores, entre ellos el Sr. Valenzuela, se alojaban el Colegio Miguel de Mañara.
El curso se puede decir que fue completísimo en prácticas y en tecnología y se respiró en todo momento un ambiente agradable y positivo. Recuerdo que el Sr. Valenzuela, estaba prácticamente recién casado (sólo tenía un hijo) de los cinco que tuvo en su matrimonio, pero la distancia y la separación (su mujer seguía en Córdoba), no le encantaba a él mucho. Iba y venía todos los fines de semana montado en su moto vespa, llevando siempre como paquete al compañero de Juan de Mena, Juan Villén, que desde que le conoció en el Colegio apreció en el unas cualidades innatas para el ajuste y la matriceria. De hecho, por todos los sitios profesionales que pasó el Sr. Valenzuela, una vez abandonada la Universidad, lo llevó a él como su “segundo”.
Hoy el compañero Villen, está a punto de Jubilarse como responsable del taller de “hierros” (matriceria), de la Empresa de Joyería cordobesa AGUILAR DE DIOS S.L.
Después de los cursos de Sevilla, el Sr. Valenzuela duró poco tiempo en la Universidad Laboral, pues el sector de la joyería lo tentaba insistentemente. En los primeros talleres que trabajó fue en la razón TALLERES GAVILAN, allí según me contó ganaba unas cuatro veces más que en la Universidad. Posteriormente pasó a la empresa más importante del sector de la joyería en Córdoba, como era AGUILAR DE DIOS S.L.. El Sr. Valenzuela con esta decisión abandonaba la matricería del MARIO ROSSI y se embarcaba en la “matriceria” de diseño y cortadores para la joyería. (fornituras)
A él se le atribuyen en Córdoba bastantes diseños, pero quizás el que más ha resaltado es el diseño DE LA BOLA. Con un pequeño útil y en tres fases, lograba hacer una pequeña bola de una sola pieza. De esta bola, bien en cualquier metal, oro, plata, cobre, etc. Se habrán hecho en Córdoba millones y millones, exportándose a todas partes para la fabricación de Rosarios.
Otro diseño que se le atribuye públicamente a él, son las tuercas para los salcillos, esta tuerca está formada por dos “chapitas pequeñas agujereadas”, que se aplastan sobre una pequeña porción de plástico, formando como una pequeña bola ovalada. Al meter un espárrago sobre este agujero “se pinchará” en el plástico y dará sensación de tuerca. De estas piezas se puede hablar de cientos de millones, para todo el mundo.
Llegado un momento el Sr. Valenzuela, con cinco hijos ya, y viviendo cómodamente en un chalet de la sierra, optó por pensar y diseñar piezas para fabricarlas él, y de esta forma montar un taller para que sus hijos tuvieran ocupación.
En el barrio de San Lorenzo, montó un taller que se llamó FORNITURAS FRANCISCO VALENZUELA Dotó a su taller de las mejores máquinas y con su seriedad y eficacia, logró un negocio de mucho prestigio en Córdoba, contando siempre con la importante ayuda de sus hijos. Cuando ya se iba apartando poco del negocio, ante la tranquilidad de que sus hijos, habían captado el mensaje de lo que él quería para su empresa. En plena ampliación del negocio y cuando estaba obrando la casa que lindaba con la suya para ubicar las nuevas instalaciones, una mañana del mes de noviembre de 1988, y cuando se disponía para ir de cacería cayó fulminado de muerte súbita a los 56 años.
Con su muerte se fue un profesor de la Universidad Laboral, que alternó con el Sr. San José, Sr. Acero, Sr. Obdulio, Sr. Valle, por citar solo a los profesores de ajuste y uno de los pioneros de la “matriceria de plateros” en Córdoba.
Sin desmerecer a tanto vídeo de Youtube y Power Points varios, estas escritos, Manolo, son las que verdaderamente enriquecen la web del Olmo. Aunque pertenezco al reemplazo del 61(nunca hice mejor mili que la de la Uni y mira que la otra fue buena), estas semblanzas me traen recuerdos imborrables ya que la mayoría de los profesores que citas también fueron por mí conocidos. Enhorabuena. Francisco Cervantes Gil
ResponderEliminarPues enhorabuena, los dos articulos son muy bonitos y emotivos.
ResponderEliminarMe acuerdo de tu padre (naturalmente!!!) y de Juanito Ruiz Baena y de Gavilán, que le hicimos una demostración de las máquinas de facetar, con un camión aparcado delante del Gran teatro y teniamos 50 metros de cable y lo conectamos a su taller....y toda la gente en Gran Capitan pasando por la calle y mirando que puñetas eran aquellas facetadoras---
Total recuerdos que son solo eso, recuerdos. Y los años pasan y seguimos haciendo estupideces y nos creemos el centro del mundo y total “ná de ná”...
Bueno no me hagas mucho caso, después de tantos años y de conocer tanta gente, al final solo te quedan en el recuerdo unas pocas buenas personas que se pueden contar con los dedos de las manos (tu padre era una de ellas)
En fin me despido.
Buen fin de semana y Un abrazo
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Ricardo Benmayor Lombroso
ricardobenmayor@waxco.com
Querido Manolo Estevez.
ResponderEliminarEn mi nombre y en el de mi familia, de corazón GRACIAS con mayusculas por el recuerdo tan bonito que has tenido con mi padre...
Ha sido entrañable y no te puedes imaginar como hemos disfrutado y hemos hecho disfrutar a todos los amigos que le hemos pasado el enlace.
También a Juan Antonio Olmos un abrazo fuerte por esta preciosa iniciativa que ha tenido.
Un fuertísimo abrazo de Rafael Valenzuela y toda mi familia..
PD; ¡¡¡ Menuda memoria que tiene el amigo Manolo !!!
Soy Manuel López Martines, de 82 años de edad y tuve la gran suerte de conocer al amigo Paco Valenzuela, así como a su esposa, hijos y otros familiares.- Trabajé con èl en la firma "AGUILAR DE DIOS S.A.".- El en el taller mecánico y yó en administración.- Para mí es una familia fabulosa y ma dá una gran alegría cada vez que me encuentro con sus hijos.
ResponderEliminarRecuerdo muchos los ratos que hemos hechado en perole, cacerías etc.-
Es un gran artículo el suyo y le felicito
Amigo López
ResponderEliminarMe agrada que le haya gustado la semblanza que le hemos preparado al Sr. Valenzuela.
Desgraciadamente en este país, hemos entrado en una dinámica, que lo único que vale y resalta es lo que haga "LA PRINCESA DEL PUEBLO". Por ello, poco importa la labor de grandes padres, mejores profesionales y ciudadanos ejemplares.
Yo, desde mi poquitos medios, me he propuesto a que esto resalte en su justa medida.
Para mi era una deuda que tenía con él y con otros muchos profesores.
Gracia por su comentario